La Escuela

SER ENFERMERA/O

La formación enfermera requiere una conciencia existencial que le permita a ésta, desarrollar actitudes y valores de autenticidad, autoconciencia, sensibilidad y autoaceptación, que le preparen para poder crear vínculos terapéuticos con el otro.

Nos encontramos en este momento de la formación enfermera frente a un nuevo reto, el desarrollo y la consolidación de los estudios de Graduado en Enfermería. Nos gustaría ante el inicio del nuevo curso compartir algunas reflexiones relacionadas con la propia estructura personal de los alumnos, que en su día compartirán los valores de una profesión que algunos autores denominaron “Enfermería Humanística”.

La igualdad, la justicia, la solidaridad, entre otros, son valores de gran transcendencia para nuestra sociedad, estos valores nos establecen un marco de referencia para encuadrar la relación que se establece entre iguales y perfila el estilo de una determinada manera de ser y el desarrollo del proyecto vital que cada uno tenga.

Los alumnos que ingresan en nuestra Escuela son portadores de los valores predominantes del entorno del que proceden y tendrían que tener a priori, predisposición positiva hacia actitudes y cualidades de benevolencia, honestidad, confiabilidad y honradez, ya que estos valores no se adquieren por un mero proceso de comprensión, no son la resultantes de los aprendizajes teóricos, sino que forman parte de su esencia personal y se van afianzando y desarrollando a medida que se van socializando en los valores profesionales del grupo al que quieren pertenecer. A través de estas líneas el profesorado de la Escuela nos gustaría transmitir a nuestros jóvenes alumnos el compromiso para que desarrollen esa “actitud enfermera” que les permitirá cuidar al otro, poner de manifiesto su espíritu enfermero y los valores sociales y profesionales que se necesitan para la práctica excelente del cuidado de los ciudadanos.

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